Gripe y resfriado - Limpieza nasal e hidratación

¿Aire acondicionado? Protege tu nariz y respira aire puro

Como cada verano nuestro gran aliado para hacer frente a las altas temperaturas y al exceso de humedad es el aire acondicionado. Un mal uso de los aparatos de climatización, presentes en todas partes, puede desembocar en molestias respiratorias, molestias nasales e incluso musculares. De hecho, 1 de cada 5 resfriados en verano se debe al uso de aire acondicionado.

Exponernos de manera prolongada al aire acondicionado puede causar varios síntomas:

• Sequedad nasal: Significa que la humedad propia de la mucosa nasal se ve reducida. Como consecuencia, la respiración se ve dificultada, lo cual obliga a respirar por la boca. Es decir, el aire que respiramos no se calienta ni filtra, por lo que con él, pueden entrar partículas patógenas y contaminantes. El resultado: desde irritación de la garganta hasta infecciones respiratorias, como resfriado o faringitis. Una primera solución para evitar la sequedad nasal por el aire acondicionado puede ser la hidratación nasal con una solución salina como agua de mar.

• Congestión nasal: Es un síntoma típico de los resfriados. La congestión suele asociarse a mucosidad y este moco encuentra dos vías principales de salida: la nariz y la garganta. En este blog te hemos hablado en varias ocasiones sobre cómo descongestionar la nariz.

• Xerosis cutánea en la nariz: La piel alrededor de la nariz se reseca cuando repetimos el gesto de sonarnos la nariz de forma continuada. Conviene hidratarla, y un gel nasal específico puede ser una buena solución, tanto para la sequedad de las fosas nasales como para la sequedad de la piel circundante a la nariz provocada por el aire acondicionado. Descubre algunos consejos sobre cómo aliviar los síntomas nasales asociados al resfriado como la sequedad de la piel de la nariz.

El mejor remedio, la prevención: un uso correcto del aire acondicionado ayudará a evitar estos síntomas molestos en la nariz. Las claves: llevar un correcto mantenimiento y limpieza de los aparatos, y establecer una temperatura y humedad adecuadas –entre 22 y 24 grados centígrados, y entre el 35 y el 60% de humedad– para la climatización de los espacios que habitamos u ocupamos. Y, siempre que puedas, evita el aire acondicionado y ¡respira aire puro!

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