Décimo mes
Confía en tu instinto Tú sabes qué es lo mejor para tu bebé
Has llevado a tu bebé nueve meses dentro de ti, has sentido cómo crecía y ahora pasáis mucho tiempo juntos, mirándoos, acariciándoos… Existe un vínculo especial entre vosotros que hará que sepas en cada momento lo que necesitas, solo tienes que confiar en ti.
Jamás escucharás tantos consejos (algunos casi imposiciones) como ahora que eres madre. “Dale el pecho, es lo mejor”, “Si toma biberón, tu pareja también se puede hacer cargo del bebé”, “No lo cojas mucho en brazos que se malacostumbra”, “Tu bebé solo necesita el calor de tu cuerpo”, “Tiene que acostumbrarse a dormir en su habitación”, “Durmiendo juntos descansarás más”... Podríamos seguir y seguir con un montón de recomendaciones que, a pesar de ser bien intencionadas, más que ayudar te suelen confundir y hacerte sentir más insegura. Por eso, para que logres vivir una maternidad más feliz, quizá lo más recomendable es que te dejes llevar por tu instinto.
Escúchate y decide
Unos lo llaman corazonada, otros voz interior y otros instinto, aunque todo es lo mismo. Hablamos de ese guía interior que todos tenemos y que en cada momento nos dice cuál es el camino que más nos conviene seguir. Sin embargo, no siempre paramos a escucharnos y mucho menos confiamos en nuestra propia sabiduría. Y si esto es importante en la vida cotidiana, todavía lo es más cuando eres madre. Confiar en ti misma, en tu propio criterio, en tu instinto, es el primer paso para que la crianza de tu hijo/a sea una experiencia lo más feliz posible.
¿Y si haces oídos sordos?
De sobra conoces las presiones sociales con las que conviven las madres. Tras el parto, se espera que en poco tiempo recuperes tu figura y aparezcas en cualquier lugar perfectamente arreglada, acompañada de tu precioso bebé, del que también se espera que se porte bien (lo que socialmente se traduce como: no llora, sonríe y duerme mucho).
Por eso, solo si logras alejarte de todo ese ruido agotador que hay a tu alrededor conseguirás ser fiel a ti misma, a tu instinto, a lo que realmente necesitáis tú y tu familia. Y es que la crianza de tu hijo/a, es cosa tuya y de tu pareja. De nadie más.
Una experiencia única
La maternidad es una experiencia personal. Una mujer, una vivencia. Y es que cada madre y su bebé tienen sus propias necesidades. Nadie mejor que tú conoce a tu bebé y sabe qué es lo que necesita. Eso no significa que no tengas miedos y dudas. Los tendrás, como todas las madres. Pero son esa clase de inseguridades las que te harán preguntar, compartir, leer y luego decidir lo que tiene más sentido para ti. Confía en ti y verás cómo todo va mucho mejor.
Busca tu propio camino
Hoy en día, hay cientos de foros, blogs y redes sociales en las que nos podemos apoyar e inspirar para tomar ideas en relación a la crianza de un hijo/a. Eso sí, sin obsesionarnos, ya que hay mamás blogueras que suelen “olvidar” colgar los malos momentos y solo reflejan las maravillas de una crianza feliz. La relación con tu hijo/a evoluciona con el tiempo. Habrá momentos en los que te parezca que las cosas no marchan muy bien. Forman parte del aprendizaje. También es posible que un día te veas haciendo algo que no entraba en tus planes (como dormir juntos, alimentarlo con biberón, dejarle ver la televisión más de la cuenta…). Eso también es parte de la maternidad. Ser madre es un “oficio” al que tendrás que irte adaptando y eso requiere tiempo, paciencia y práctica.