Vitaminas, sueño y alergias - Vitaminas para las defensas

¿Qué vitaminas necesitas para ayudar a las defensas en verano?

Las vitaminas son micronutrientes que, presentes en baja cantidad, permiten el óptimo funcionamiento de nuestro organismo. Para ello, lo ideal es mantener una alimentación equilibrada y con el aporte de vitaminas, minerales y oligoelementos que nuestro cuerpo necesita. Con ello no sólo ayudamos a nuestro cuerpo a funcionar bien sino que le ayudamos a mantenerlo protegido. Sin embargo, hay algunas vitaminas que contribuyen a nuestras defensas de forma más específica. Te contamos cuáles cobran especial relevancia en verano, época en la que la radiación solar también tiene su rol.

La vitamina A ayuda a reparar las células de la piel dañadas por el sol, restaurando su colágeno y elastina. También sirve para tratar la hiperpigmentación propia del envejecimiento, para la prevención de enfermedades infecciosas y para un correcto ciclo reproductivo femenino. La vitamina A se encuentra en una amplia variedad de alimentos: hortalizas de hoja verde, frutas como el melón o el mango, hortalizas como la zanahoria y el calabacín, productos lácteos, carne de aves o algunos pescados, como el bacalao.

La vitamina C ayuda al buen funcionamiento del sistema inmunitario. Otra función importante de la vitamina C es facilitar la absorción del hierro, por lo que, para evitar sentirse demasiado cansado, mantener al día las defensas, y reducir el riesgo a ponerse enfermo, es conveniente consumir esta vitamina a diario. Una práctica que resulta fácil y variada, pues esta vitamina se encuentra, además de los cítricos, en otras frutas y verduras, como los tomates, patatas o brócoli. ra sagittis elementum vehicula iaculis.

La vitamina D se almacena en el tejido graso y ayuda a absorber el calcio que, junto con el fósforo, permite a nuestro cuerpo mantener los huesos fuertes. También cumple un rol importante en el mantenimiento de la estructura de piel y mucosas, y en la correcta función del sistema inmunitario: interviene en todos los niveles de defensa y en la coordinación de los mismos, de modo que favorece una función defensiva correcta y organizada. Pocos alimentos son ricos en esta vitamina: atún, salmón y, en menor medida, el queso y la yema de huevo. La principal fuente de aporte de vitamina D es el sol, por eso se la conoce como la vitamina de la luz. Sin embargo, su síntesis natural se ve limitada por la aplicación de cremas protectoras solares. Puede ser recomendado tomar algún complemento vitamínico rico en este micronutriente, especialmente en épocas de menos radiación solar.

La vitamina E es un antioxidante y, por tanto, un buen aliado para proteger nuestro organismo de la degeneración de tejidos provocada por los radicales libres. Eso hace que se la asocie con la juventud y belleza de la piel, una parte de nuestro organismo especialmente importante en verano. La gama de alimentos ricos en vitamina E es amplia. Este micronutriente se encuentra en aceites vegetales como el de girasol o soja, en frutos secos como las almendras, en hortalizas de hoja verde como la espinaca o el brócoli y en los cereales y zumos de frutas.

Una dieta sana y rica en vitaminas y minerales contribuye al mantenimiento de tus defensas. Y, aunque parezca que en verano nuestro organismo sea menos vulnerable, también está expuesto a factores que pueden poner en riesgo nuestra salud. Un mal uso del aire acondicionado, por ejemplo, puede ser causa de un resfriado. Por eso, mantener al día tus defensas ayudará a asegurarte que nada estropea tus vacaciones de verano. El aporte complementario de ciertas vitaminas y minerales, a través de multivitamínicos o complejos vitamínicos, que intervienen en la correcta función del sistema inmunitario te ayudará a prevenir infecciones y resfriados, que también pueden darse en verano.

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