Cuidado personal - Cuidado íntimo
Cómo corregir las variaciones del pH en la zona íntima femenina
¿Cuántas veces has oído hablar sobre la importancia que tiene el pH de la zona íntima femenina para mantener una flora vaginal saludable? Quizá no sepas qué es exactamente el pH, cómo actúa o, lo más importante, qué puedes hacer para mantenerlo en equilibrio. Es por ello que queremos resolver tus dudas en este post, explicándote qué es el indicador de pH vaginal y cómo puedes corregir desequilibrios en la flora vaginal con diversas pautas de cuidado íntimo.
Para poder entender cuál es la función que realiza el pH en la zona íntima femenina es necesario saber que el pH es el indicador del grado de acidez de una solución acuosa.
En este caso, el pH vaginal indica el grado de acidez o alcalinidad que presenta la vagina en un determinado momento.
El pH puede ser de tres tipos: neutro (cuando es igual a 7), ácido (menor que 7) o básico (mayor que 7). Durante las diferentes etapas que experimenta la mujer, el pH sufre variaciones de forma natural. En general, si el pH es básico, por encima de 7, se favorece la proliferación de microorganismos patógenos y, por tanto, las infecciones vaginales.
Las variaciones de pH según cada etapa de la mujer suelen ser:
Niñas y mujeres a partir de la menopausia (edades no fértiles): durante estos periodos el pH suele ser neutro y mantiene un entorno estable.
Edad fértil: durante la menstruación el pH suele ser neutro y varía hacia un pH ácido en la fase premenstrual y el resto del ciclo. El pH ácido de esta etapa protege frente a las infecciones vaginales, actuando como barrera protectora. La flora vaginal, formada principalmente por Lactobacillus, produce ácido láctico, responsable de la acidez que asegura un entorno saludable, al dificultar el desarrollo de microorganismos patógenos.
Embarazo: durante esta etapa, el pH incluso se acidifica más por acción de los estrógenos. Las alteraciones del pH, especialmente en la etapa fértil de la mujer, desequilibran la barrera protectora, pudiendo darse síntomas como cambios en el flujo vaginal, picor, escozor, sequedad, dolor al orinar o molestias anales que alteran el bienestar de la salud íntima.
Estas variaciones pueden ocurrir debido a distintas causas como: la diabetes, la obesidad, el embarazo, tratamientos con antibióticos, infecciones vaginales fúngicas (candidiasis vaginal) o bacterianas (vaginosis bacteriana).
Pueden provocar aumento del pH, la presencia de semen, la sangre de la menstruación, el uso de duchas vaginales o el exceso de moco cervical. Por el contrario, un exceso de acidez puede dar lugar a irritación, escozor y candidiasis vaginal.
Para equilibrar y controlar el pH de la zona íntima femenina se aconseja seguir una serie de buenos hábitos como limpiarse la región perineal de delante hacia atrás, evitar las duchas vaginales, si no son prescritas por el médico, y usar ropa interior permeable, así como evitar los pantalones excesivamente apretados.
Se aconseja utilizar productos específicos para la higiene de la zona íntima. En general, geles de pH ácido para la higiene íntima diaria y geles de pH más básico, en torno a 8, en caso de candidiasis vaginal, irritación o picor, que pueden ser causados por un exceso de acidez, para neutralizar el exceso.
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