Cuidado personal - Cuidado del cuerpo
Si tienes la piel sensible, prepárala para el frío del invierno
Si tienes la piel sensible, prepárala para el frío del invierno.
Las pieles sensibles son más vulnerables ante las agresiones externas y, si tu piel es especialmente propensa a los eccemas, seguramente sabrás que en invierno debes protegerla muy bien. Es recomendable adelantarte en la prevención, aportando una hidratación intensa en otoño, para ayudar a reforzar la barrera protectora natural de la piel contra el frío del invierno.
Éstas son las tres acciones que debes tener en cuenta para proteger tu piel de cara al invierno:
- Protege la microflora de la piel. Habrás oído hablar en algunas ocasiones de la microflora bacteriana, ya que son varios los órganos de nuestro cuerpo que cuentan con ella. De hecho, todas las mucosas que forman las cavidades de nuestro cuerpo están recubiertas por un tapiz de bacterias y microorganismos llamados microflora. Su función es la de proteger a nuestro cuerpo frente a infecciones y agresiones externas. El aporte de prebióticos de forma localizada en la piel ayuda a proteger la microflora cutánea, que es la primera línea de defensa o barrera protectora de la piel.
- Regenera la barrera cutánea. Además de reforzar su función protectora, en la piel sensible es necesario regenerar la barrera fisiológica de la piel. La estructura de esta barrera protectora queda dañada con las agresiones externas, de modo que es más fácil que la piel en su conjunto –también en las capas más internas– pueda verse afectada. Algunas sustancias naturales, como determinados aceites vegetales ayudan a reestructurar la barrera lipídica de la piel, que tiene una función protectora. También la vitamina B3 y la provitamina B5, conocida como pantenol, mejoran la función protectora y regeneradora de la piel, respectivamente.
- Mantén un buen grado de hidratación. Hidratar la piel es un básico que hay que poner en valor, especialmente cuando se trata de piel sensible. Para una hidratación de la piel intensa es recomendable aplicar una crema emoliente que contenga lípidos y humectantes que actúen de forma prolongada. Así se consigue calmar la molesta sensación de picor en la piel propia de la piel atópica o muy sensible y se evita entrar en un círculo vicioso de rascado y picor que sólo lleva a empeorar la situación.
La aplicación de una crema con estas características de composición y estas propiedades fisiológicas, otorga la protección necesaria que las pieles atópicas necesitan como mantenimiento entre brotes de atopía.
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