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Cómo cuidar la piel infantil sensible o con tendencia a la atopía

La piel es uno de los órganos más importantes de nuestro organismo, es la parte que se relaciona con el medio externo. Su función principal es la de protección física frente a las condiciones externas, como la contaminación y la climatología. De ahí la importancia de cuidar la piel convenientemente, especialmente si se trata de piel sensible o con tendencia a la atopía. Y especialmente en la piel de los niñ@s. En los niñ@s, la piel es aún más frágil y sensible, por lo que requiere mayor protección.

En la piel infantil, la capa más externa, la epidermis, es muy delgada y las células no están tan compactadas como en la piel de los adultos. Además, las glándulas sebáceas y sudoríparas son poco activas, con lo que la película hidrolipídica que cubre y protege la piel del bebé o el niñ@ es limitada, la piel es más sensible a los rayos ultravioletas y a los cambios de temperatura.

Por otro lado, el número de niñ@s afectados por piel atópica va en aumento y ya afecta a casi el 20% de ellos. Sus causas van desde los componentes meramente genéticos (se cree que la piel atópica es hereditaria) a ambientales –vivir en climas fríos o secos. La dermatitis atópica se caracteriza por un importante déficit de lípidos y factores hidratantes naturales que provoca que la piel sea más reactiva al entorno y más vulnerable a los agentes externos. Aunque por sí misma la atopía, en su manifestación en la piel, no pone en peligro la vida, sí representa un problema de salud con impacto en la calidad de vida de los niñ@s y su entorno: sueño interrumpido, alimentación más cuidada, atención en el lavado de la ropa, uso de jabones específicos para la piel, entre otros.

En el caso de la piel sensible no atópica, también es conveniente extremar el cuidado y protección de la dermis. En niñ@s pequeños, los baños deben ser con agua templada, y evitar que duren demasiado tiempo. Otros consejos para mantener sana la piel atópica o sensible incluyen un buen secado con la toalla, sin frotar la piel, y una hidratación regular ayudarán a mantener la piel joven sana y a restaurar la barrera cutánea para conseguir un alivio de la sensación de picor.

La función de esta hidratación de la piel es estimular la producción de lípidos que eviten la sequedad y ayuden a proteger y reforzar las defensas naturales de la piel atópica para mantenerla sana y protegida durante más tiempo. Los ingredientes más adecuados para cuidar la piel infantil son aceites naturales –como el aceite de espino amarillo– prebióticos que favorezcan la flora cutánea, pantenol y vitamina B3, que mejoran la función protectora de la piel, hidratantes fisiológicos y lípidos que imiten la estructura de la piel.

Otra forma de mejorar el cuidado de la piel de los niñ@s es a través de la alimentación. Por este motivo es imprescindible que los niñ@s sigan una dieta equilibrada, con lácteos, fruta y verdura a diario, que aporte los niveles necesarios de vitaminas A (básica en el desarrollo de las células del organismo), C (que interviene en la producción de colágeno) y E (con propiedades antioxidantes).

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